Lo bueno, lo malo y lo feo del tercer debate chilango
Autor: Publiko 21 junio, 2018
A menos de dos semanas de las elecciones para la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, se celebró el tercer debate entre los siete candidatos *toma aire* Lorena Osornio, Marco Rascón, Purificación Carpinteyro, Claudia Sheinbaum, Alejandra Barrales y Mikel Arriola.
¡Ah! Y Mariana Boy.
En Publiko te presentamos lo bueno, lo malo y lo feo del debate aunque, francamente, casi todo estuvo feo.
LO BUENO
- El formato: las preguntas vienen de la sociedad civil, todos contestan preguntas diferentes y el espacio para discutir el modo de implementar las propuestas. Eso último hubiera estado bueno en el debate presidencial.
- La diversidad: es un paso importante tener a una candidata sin partido y más mujeres que hombres aspirando a un cargo público.
- El volumen del micrófono: una ronda de aplausos para el que tuvo la idea de bajarle el volumen al micro cuando se les acabó el tiempo.
También hablaron de algunas cosas importantes cuando no se estaban gritoneando. Puri habló del “fiscal carnal” y se mencionó el matrimonio igualitario y el derecho a la muerte digna (¿Qué es esto? ¿Finlandia?). También nos quedamos de tarea investigar qué es el Internet de las cosas (sic) y para qué se usa.
También lo pasaron en todos lados, incluido el Metro
LO MALO
Les valió gorro el formato. Usaron sus tiempos de réplica y de explicar procesos para atacarse, invitar a sus rivales a renunciar a sus candidaturas y desear suerte a la Selección en el Mundial.
Lorena Osornio se moría de nervios y no pudo terminar de dar su mensaje.
Puri sacó a pasear a su talento histriónico y a pesar de aparentar sentirse cómoda en el estrado, le costó trabajo concretar más allá de insultos.
Alejandra Barrales, al más puro estilo del Frente, retó a Sheinbaum a renunciar a la candidatura en varias ocasiones.
Sheinbaum con la tranquilidad de quien ya está segura de haber ganado, no dijo demasiado.
Mariana Boy se tardó más en deslindarse del PRI que en hablar de su proyecto.
A Mikel Arriola por fortuna será la última vez que le veamos la cara.
Marco Rascón, muy bien.
LO FEO
En el tercer debate los candidatos tenían una última oportunidad de dirigirse a los ciudadanos y ganar el voto de los indecisos. En cambio, se dedicaron descalificarse entre ellos. Ni siquiera pudieron hacer equipo para ir todos en contra de la Sheinbaum que no ha dejado de ser puntero, como lo hacen todos contra AMLO en los presidenciales.
Es feo también que, aunque estuvo muy divertido el monólogo de microteatro de Puri, sea lo único que haya trascendido del debate.
Igual casi todos ya dan por cantado el resultado del primero de julio y por eso, se dieron el lujo de hacer un debate que pareció de broma.