‘Guerrero’ un documental para empatizar con la realidad en México (ENTREVISTA)

Autor: Publiko 11 julio, 2018


No es sorpresa para nadie que nuestro país se ha convertido en la última década en uno de los más violentos del mundo. Podemos de ver miles de titulares anunciando desapariciones, asesinatos violentos y, en la graaan mayoría de los casos no hay justicia para las víctimas.

Ludovic Bonleaux estrenó recientemente el documental ‘Guerrero’ en las salas de cine independiente del país (como parte del festival Ambulante) y en FilmIn Latino. Este trabajo muestra varias realidades del estado de Guerrero, donde las luchas y la organización social han tenido mayor impacto gracias a las comunidades que, hartas de la situación, se han movilizado para intentar que las cosas cambien.

Esta cinta nos lleva de la mano por las zonas de conflicto donde la vida de tres personas se van tejiendo con sus historias de lucha y pérdida: Mario, un hombre que desde 2012 busca a su hermano desaparecido en fosas comunes, Juan quien es maestro rural y activista y Coni, integrante de la policía comunitaria Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG).

Entrevistamos a Ludovic Bonleux para que nos contara más sobre este impresionante trabajo documental y el gran esfuerzo que implicó su realización, no solamente a nivel técnico sino la labor de acercamiento a las comunidades y el riesgo de estar presente en los conflicto.

Publiko.mx: (P.mx)¿Cómo lograste contactar con las personas que aparecen en el documental (padres de los 43, policía comunitaria)? ¿Encontraste resistencia?

Ludovic Bonleux (L.B.): Cuando empecé a filmar Guerrero, a finales de 2014, me acerqué a las organizaciones sociales que estaban en lucha por la justicia. Muchas de esas organizaciones se habían creado después de la desaparición porque pensaban que era el momento de realmente de exigir justicia, de establecer la democracia y recuperar la seguridad […] Cada una tiene una agenda diferente con los medios de comunicación; los papás de los 43 quieren que se escuchen sus demandas, no tienen ningún problema con las cámaras pero en el documental no se van mucho los padres de los 43, más bien están ahí ellos como si fueran el contexto de Guerrero. Además a mí no me gusta mucho estar trabajando en lugares donde hay muchas cámaras, como que no me siento bien, prefiero ir a otros lugares donde justamente no hay muchos medios de comunicación. Es lo que hice. Organizaciones como “Los otros desaparecidos de Iguala” que están buscando a sus familiares en las afueras de Iguala, ellos no tienen ningún problema con la cámara, al contrario lo que quieren es que se sepa lo que están haciendo para concientizar a la población sobre su dolor, su búsqueda y de alguna manera los puede proteger un poco estar en los medios de comunicación. La policía comunitaria de Chilpancingo, de Petaquillas (cerca de Chilpancingo) y el grupo de los maestros en Tlapa, esa gente tiene más conflicto a las cámaras porque quieren controlar su imagen, además mucha gente tiene miedo de salir a cuadro. Entonces con esas organizaciones yo hice mucho trabajo de acercamiento, platiqué con la gente, con las autoridad, después platiqué en la asamblea, enseñé mis documentales en la plaza pública, les enseñé otros documentales. Bueno, eso toma tiempo pero también tuve la suerte de tener mucha experiencia en Guerrero; empecé a trabajar allá en el 2002 sobre violencia política y entonces conozco a los luchadores sociales.

P.mx:Para la gente que estaba allá, ¿qué significaba que estuvieran tú y el equipo ahí filmando?

L.B.: A veces no entendían bien hasta ahorita que ven el alcance del documental les sorprende un poco. Pero también muchas veces lo veían como un apoyo, porque cuando hay una cámara en general uno protege a la gente o la gente se siente protegida, no quiere decir que esté protegida pero se siente protegida. Entonces sí, para la gente era un apoyo, y también un apoyo moral en el sentido de que gente de afuera se interesara en su condición y en su lucha, cuando ellos estaban en medio del hoyo ¿no?.

P.mx: Sí y cuando están desamparados por parte de las autoridades.

L.B.: Sí, y de la sociedad civil. Porque vamos a recordar que hubo mucho apoyo para los papás de los 43 pero cuando muere Antonio Olivar en 2015 en Tlapa, justamente él muere porque respondió al llamado del papá de los 43 de cancelar las elecciones y no hubo tanto apoyo nacional, cuando era completamente relacionado. La gente también se decepciona mucho, se siente muy sola pero también es una gran historia de dignidad porque todos siguen a su manera. Sus exigencias de justicia, de democracia.

P.mx:Un poco este abandono se ve con Mario cuando la policía lo deja plantado para ir a buscar en las fosas.. La promesa que no se cumple, la ayuda que nunca llega.

L.B.: Sí, los familiares de desaparecidos, entre ellos Mario, muchos tiene medidas cautelares. Están en el sistema de protección de personas, Sistema de Personas Protegidas porque la ONU exigió al gobierno mexicano que los protegiera porque están amenazados constantemente y además van a lugares muy peligrosos para buscar a sus familiares. Entonces, en ese sentido, vemos en el documental por momentos a gendarmería para escoltarlos pero en otros no llegan y los dejan plantados. Eso se vuelve aún más peligroso porque ya son públicos los lugares a donde iban a ir entonces la gente que les dio información también está en peligro. Es el gran problema: vamos a decir que hay instancias internacionales que tratan de obligar al gobierno mexicano a protegerlos y después los funcionarios locales hacen lo que les da la gana.

P.mx: Cerca de las elecciones hay confrontaciones violentas… ¿de qué manera podían controlar el riesgo que implicaba para tu equipo estar ahí?

L.B.: Bueno, el hecho de ir a filmar a Guerrero es tomar un riesgo. Hay que también ser consciente de esto desde el principio y más que todo en esos último años. Pero sí había medidas de seguridad que adoptamos. Primero el Tlapa, cuando vemos los enfrentamientos entre la gente y la policía, yo estaba solo ahí con la cámara. Se me hacía más sencillo para protegerme estar solo, yo decidir ahí. Sí hay un crew yo voy a tomar más medidas de seguridad para no poner en riesgo a la gente que me acompaña que cuando esté solo. Tal vez voy a hacer cosas más atrevidas cuando estoy solo. Luego uno siempre está protegido de alguna manera por la organización comunitaria, como es parte ya del grupo pues también el grupo lo cuida a uno. En ese sentido, hay un poco de protección. Y luego lo que yo hago mucho es que estoy siempre en contacto con periodistas locales que saben muy bien cuál es la situación porque podemos tener un grupo también que después va a cambiar de dirección, podemos tener un pueblo que un día está muy tranquilo y al día siguiente está en llamas. Estoy todo el tiempo en contacto, sin cesar, con periodistas locales que además yo admiro mucho a esa gente que reporta en Guerrero, que tienen salarios muy bajos y están tomando muchísimos riegos para informarnos.

P.mx: Este documental sirve para darle visibilidad a la realidad. En tu opinión, ¿de qué manera puede influir o aportar a las sociedades o en la gente que lo vea?

L.B.: Yo creo que ese tipo de documental puede ayudar primero a entender un poquito mejor una situación, entender la confusión, de dónde viene la confusión que se vive en Guerrero en este caso. Pero más que todo yo creo que puede ayudar a generar empatía entre vecinos, entre gente que no está muy al tanto de lo que pasa a dos horas de la CDMX. Gente también que se queja cuando bloquean una carretera, una avenida por una marcha. Pero ahí yo creo que gracias a este documental, el púbico puede estar durante dos horas en la piel de un activista en Guerrero. Puede entender por qué esta persona se volvió activista. El ejemplo más importante es Mario, quien tiene un billar y un día le secuestran a su hermano, no le regresan a su hermano y entonces lo va a buscar. Yo creo que eso es universal: ¿qué haría uno si le secuestran a su hermano?. Entonces creo que es eso, generar empatía para poder entender lo que pasa en la cabeza de esa gente y poder entender el dolor que tienen ellos. En este sentido creo que el documental es parte de la visibilización del problema de la violencia y de los desaparecidos. Tal vez puede ser éste y muchos más documentales y otras obras que pueden ser el primer paso de concientización que nos permitiera después tomar medidas para cortar esto.

El documental también la historia de gente que tiene mucha dignidad, que no se calla, que está intentando hacer algo para los otros, para su comunidad, para el Estado, para el país. Tal vez no lo logran porque es muy complicado, pero por lo menos lo intentan y creo que los intentos son lo principal.

En Publiko.mx recomendamos mucho este documental que pueden ver el documental en la Cineteca Nacional, el Cine Tonalá, el Cinema del IFAL, la casa del Cine o, si no quieren salir de casa, en sus computadoras desde FilmIn Latino. También pueden organizar una preoyección en sus escuelas o trabajos y formar debate. Sólo necesitan contactar a Ambulante.

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