Mexicanalladas: la mordida
Autor: Publiko 21 junio, 2018
La mordida en México está institucionalizada. Está tan arraigada en el contexto mexicano que no se entiende nuestra realidad sin ella. Lejos de ser un motivo de orgullo, nos ha llevado a vivir permanentemente en el tercermundismo y la mediocridad.
Hay quienes aseguran que es cultural, otros que viene desde nuestros antepasados o algunos que lo achacan a un tema de clase. Lo cierto es que de arriba a abajo en la pirámide social se utiliza este método para salir de cualquier problema o abrir cualquier puerta. Dicen bien los que repiten el dicho “con dinero baila el perro”.
El intercambio de equis cantidad de dinero o cualquier bien por facilitar un proceso ha causado que en México no llegue primero el que salió antes, sino el que logró sobornar a todos los que estaban en el camino, incluso con la finalidad de detener al que empezó primero.
Desde pasarse un alto hasta cometer un asesinato y salir libre, todo en nuestro país tiene precio. No podemos culpar al que la recibe ni al que la pide individualmente, pues se trata de un esquema en el que participan ambas partes porque a todos les conviene, menos al que no tuvo para pagar mordida o simplemente tuvo menos que el mejor postor.
Puede ser que existan ciudadanos honestos que no hayan dado mordida nunca en su vida, pero es un hecho que todos nos hemos enfrentado con alguien que nos la pida, incluso en ocasiones en las que no hemos hecho nada malo o tenemos todas las de ganar. Para la burocracia y los empleados de gobierno las dádivas se han convertido en el pan de cada día. De igual forma las altas esferas empresariales le han entrado al juego, pues de ello depende que sigan creciendo sus fortunas.
La mordida es el aceite de la máquina mexicana, sin ella la economía informal se detiene y eso costaría miles de millones de pesos en trámites y desempleo. Parece ser que conviene más vivir en la ignominia que buscar caminos alternativos para salir del atolladero.