¿Caballerosidad o “sexismo benevolente”?
Autor: Publiko 7 septiembre, 2018
Siempre se ha hablado de la caballerosidad como un requisito que cualquier hombre debe tener en esta sociedad o por lo menos, uno muy deseable. Es un atributo (incorrectamente denominado como tal) que se enseña y se espera en casi cualquier estrato social o sociedad occidental. Pero, ¿qué hay detrás de esta costumbre? Si tomamos a México como ejemplo más próximo, podremos entender de una mejor manera al “sexismo benevolente”… perdón… caballerosidad.
Podríamos estar de acuerdo con que la caballerosidad tiene un trasfondo bastante turbio, donde se asume al hombre como proveedor, en un sociedad que los beneficia totalmente de manera económica (entre muchas otras) y se minimiza a la mujer. Por lo anterior, éste tiene la “opción” de ayudarlas en su situación desfavorable: pagar las cuentas, cargar objetos pesados, abrir puertas. Todas estas acciones que se pueden ver de manera cotidiana, agradable, e incluso atractiva, son una cubierta a la desigualdad. Una manera que se tiene de decir: “Tengo la posición favorable para poder ayudarte, a ti que lo necesitas por la desigualdad que existe.”
Es probable que sea un pensamiento un tanto radical, que choque con una tradición, con el romanticismo que se tiene del HOMBRE, fuerte, elegante, con el mundo a sus pies: listo para repartirlo a la mujer. Lo que no se ve son los roles de género tan marcados que esta mentalidad propicia y, más terrible aún, que fomenta una importante superioridad por parte del hombre y la sumisión de la mujer: un escenario en el que la dependencia se vuelve un modo de vida.
¿Qué ocurre con esta dependencia? ¿Qué pasa en una realidad en la cual el hombre decide tapar las desigualdades con acciones “románticas”? Se queda lo que tenemos: una sociedad machista, donde el poder se mantiene en los hombres y es repartido a su voluntad. Se normaliza la violencia: los hombres pueden hacer y deshacer, elegir cuándo ser caballeros y cuándo ser agresivos.
Esto no es un cuestionamiento al buen trato, a la cordialidad que se puede tener entre personas, parejas o lo que sea, esto va enfocado a la normalización del trato preferencial que se adjudica a una desigualdad de género. A una supuesta debilidad que debe ser apoyada con acciones superficiales y no de fondo.