Lyudmila Pavlichenko, “El Ángel de la Muerte”
Autor: Publiko 16 abril, 2018
En los esfuerzos del Ejército Rojo por acabar con el “Tercer Reich” cuando invadieron la URSS en 1941, los francotiradores eran el orgullo del país. Letales, estos especialistas eran el terror de los alemanes, pues eran altamente efectivos en su labor.
Entre ellos, uno de los casos más emblemáticos es el de la francotiradora más mortífera de la historia, Lyudmila Pavlichenko, una joven con un objetivo claro: acabar con los nazis que alguna vez acabaron con sus propios sueños.
Lyudmila nació en Belaya, Ucrania, en 1916 y desde los 14 años practicaba tiro en una academia local. Cuando estaba en sus veinte, como estudiante de historia en la Universidad de Kiev, tomó algunos cursos de tiro, antes de que los nazis lanzaran la Operación Barbarroja y bombardearan la URSS.
A los 25 años se presentó en las oficinas de reclutamiento, donde el oficial a cargo, le propuso ser enfermera, una profesión “más para mujeres” en la época. Después de una prueba de tiro y de mostrarle todas las medallas que alguna vez ganó en sus cursos, al ejército no le quedó más que aceptarla.
Los periodistas extranjeros la apodaron “Lady Muerte”, también era conocida como “Ángel de la Muerte”.
Participó en las batallas de Odessa y Sebastopol y mató a 309 soldados y oficiales del régimen nazi. En su biografía cuentan que, después del disparo fatal, Lyudmila se acercaba al cadáver y le quitaba sus documentos y armas para mantener un registro.
En 1942, durante la batalla de Sebastol, y con sólo 26 años y un año de servicio, Lyudmila fue herida en el rostro y fue rescatada en un submarino; algo muy inusual. Después de su recuperación, fue enviada a EUA y Canadá como embajada juvenil y el presidente Franklin Roosevelt la recibió con honores en la Casa Blanca.
En 1943, Pavlichenko recibió la condecoración de Heroína de la Unión Soviética y se convirtió en una leyenda viviente. No volvió al frente ni entrenó a otros francotiradores. Murió en 1974 en Moscú, Rusia.
Durante décadas le han dedicado canciones, libros y películas a esta mujer que rompió con el esquema de la manera más agresiva posible y ayudó a su país en una guerra que marcó la historia como una de las más brutales jamás habidas.