Evita estas 10 frases y preguntas de tía/o que arruinan la cena de Navidad

Autor: Armando Garcés 12 diciembre, 2018


Nos encontramos en épocas donde la unión es primordial, nos reencontramos con los primos, sobrinas y demás miembros de la familia que no solemos frecuentar, ya sea por lugar de residencia o la marcha de nuestro día a día, por ello es importante intentar volver lo más ameno este tiempo de convivencia.

Para eso te traemos una lista con cosas, como preguntas o frases que aunque para algunos no lo parezcan, son inadecuadas e incómodas.

Para que te guardes a esa tía metiche que llevas dentro.

1.- ¿Y la novia, mijo?

Con esta pregunta te va bien o de plano te pone en jaque, ya sea que les puedes responder “anda con su familia, en su respectiva cena de navidad” o acabas de cortar con tu pareja y te duele incluso la palabra “novio/a”, otra opción es que eres la soltera/o empedernido de la familia por lo que esta pregunta no te la puede hacer nadie más que tú, como todas las noches en tu soledad.

2.- Estás subidita de peso

No importa tu derecho a ser como eres, no importa la diversidad de cuerpos que existe, no importa si estás alimentándote mal por algún problema como estrés o ansiedad, sino cumples los parámetros que veía en esos anuncios de los 70’s te dirá algo: que cachetón, pancita, repuestita, todo en pinshi diminutivo.

3.- ¿No tienes frío con ese vestido?

¿No tienes frío, mijita? Puede sonar a pregunta acerca de tu sensación corporal de la temperatura pero nada de eso. En realidad es un directo: “no son ropas adecuadas para una señorita como tú”; “estás enseñando demasiado”; “¿dónde está el pudor?” y “pones triste al niñito Dios”, cuando en realidad sí lo pones, pero no tristeee, De hecho estás increíble con tu outfit y ella o él sólo te hacen incomodar con sus comentarios conservadores. Envidiosos.

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4.- Quien no cante, no cena

Te va peor si tu familia es religiosa porque hasta a arrullar al niñito Dios te pondrán como condición para degustar los manjares que se arman para la cena de navidad. Es cierto que toda la festividad tiene un aire religioso, más que un aire, talvez un origen totalmente religioso, pero a la fecha lo hacemos por tradición y porque es el pretexto perfect para cotorrearla con toda tu raza.

5.- ¿Para cuándo el bebé?

Igual y te salvaste de la pregunta sobre la novia/o porque te está acompañando o aunque no esté es bien sabido por la familia que tienes pareja fija, entonces es cuando le suben de nivel y no un poquito… se sienta tu tía al lado de ustedes y suelta su pregunta: ¿Y pa’ cuando la sorpresa? ¿Cuándo planean tener hijitos?
Espérese, que literal estamos chupando tranquilos. No se vale que te awiten la fiesta con esos cuestionamientos que suelen ser un tema complejo y siempre son un tema personal. No ande de metiche, tía.

6.- ¿Y de eso hay chamba?

¿Sí te deja? ¿Cómo te mantienes? Son preguntas de ese tío que cuando tú eras niño te decía que ibas a ser un gran médico (él dice “Doctor”) o un gran abogado (son las únicas profesiones que conoce). Ahora que eres un joven adulto en esta economía destrozada donde todo está en competencia, sin embargo, te esfuerzas y como puedes compites llega a juzgar lo que escogiste estudiar, el campo laboral que tiene, lo que ganas… Mejor preguntale cómo le hizo él/ella a ver si la rifan de guía vocacional o de conferencista de TEDx.

7.- ¿Y la escuela, mija?

Ya valió la universidad, hasta has trabajado los últimos dos años como has podido, y aún así te pregunta por la escuela… Chale, o no se acuerda de lo que le has respondido los últimos años o su plan es preguntar sobre si te vas a titular o qué. Ni modo, te agarró en cuerva, ya se la sabe.

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8.- Ya dile que eres adoptado

Suelta su comentario cuando estás destacando en la platica, lo hace para meterse o simplemente para no estar callada en medio de la mesa de puros chavos, jóvenes adultos, etc., donde se coló. Ahí estás tú, al lado de tu pareja y tu tía se acuerda de esa historia ficticia “muy simpática” de cuando te adoptaron, decide contársela y termina diciendo “pero lo queremos como si fuera de la familia”.

9.- ¿Otro plato…?

¿Y la llenadera dónde la dejaste? Suelta tu tía justo cuando el cucharón está de camino entre el recipiente de romeritos y tu plato. Déjame comeeeer, carajo…
Esto también puede pasar sutilmente con una miradita criticona, generalmente por alguien que ni puso dinero para la comida, ni ayudó en prepararla.

10.- Cualquier fucking pregunta que sale de sus fauses

Para acabar, cualquier pregunta y/o comentario emanado de su boca está cargado de esa esencia tan “simpática” que les hace formular cualquiera de las preguntas anteriores. Recuerda, “una vez al año, no hace daño” o esperamos que no te haga cmucho daño, porque fuera de broma, suele pasar cada cosa que te anda dejando traumado, de menos hasta la siguiente navidad.

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