¿Por qué Rugrats fue una caricatura adelantada a su época?
Autor: Publiko 27 agosto, 2018
Muchas de nosotras crecimos viendo Rugrats (Aventuras en pañales) en los noventa, pero quizá nunca registramos el nivel de feminismo de la famosa caricatura.
De entrada, desafía los estereotipos de género durísimo:
Didi, la mamá de Tommy, era la proveedora económica de la familia mientras Hugo, su papá, no es el típico padre trabajador que llega a casa a que le den de cenar; Hugo es inventor y no tiene problema en realizar las tareas del hogar mientras Didi se gana el pan. Ambos compartían las responsabilidades familiares. Muy adelantado a la época, pensando en ellos como adultos que, de ser reales, habrían nacido en los setenta.
Carlota, la mamá de Angélica, es toda una mujer multitask: empresaria, ama de casa y proveedora económica de la familia. Julio, el papá, es quien suele encargarse del cuidado de Angélica. Por cierto, tiene un diálogo famosísimo que describe a la perfección esto: “Para que Angélica lo logre en una estructura dominada por hombres, tiene que beber, respirar y sudar autoestima”. Sabe de lo que habla; como empresaria, ella misma lo logró en una estructura dominada por hombres.
Por otro lado, Betty, la mamá de los gemelos Fili y Lili es abiertamente feminista (tenemos que mencionar su sudadera con el símbolo femenino) y no es para nada la imagen de la mamá tradicional: le encantan los deportes y ella es la que se los inculca a sus hijos, un rol que suele representar el padre en la familia. Ulises, su esposo, es quien se dedica a cuidar a los niños como tal.
También hay que mencionar al papá de Carlitos, que era padre soltero.
Además de todo esto, los gemelos no tenían problema intercambiando géneros con el fin de confundir a la banda y en un par de ocasiones, Carlitos se puso un vestido sin miedo al qué dirán. Los escritores claramente buscaron formas de salirse del molde.
Además, fue una serie inclusiva: si bien los personajes principales eran blancos, Susie, la amiga de Angélica, era una niña negra increíble que no caía en clichés. Su mamá es una doctora egresada de Harvard que, además de ser una genia, es bien chida.
Kimi, la hermanastra de Carlitos, es una niña de ascendencia japonesa que no cae en el estereotipo.
Fue una caricatura increíble que, de manera sutil, nos dijo a los millennials que no todo tiene que ser tan tradicional y que existen muchas formas de llevar la vida familiar. Nos tomó muchos años darnos cuenta de lo adelantada que estuvo a su época. No sólo eran bebés en aventuras rarísimas, era una caricatura con dinámicas y estructuras familiares que sentaban un precedente. Ayudó mucho que se convirtió en un clásico, fue súper exitosa y la seguimos recordando.
Qué chido, ¿no? Hasta dan ganas de volver a verla.